El presidente Javier Milei arribó este domingo a la Argentina, tras haber participado del funeral del papa Francisco en Roma, donde también se reunió con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. 

El avión presidencial ARG01 llegó al Aeroparque Jorge Newbery a las 7:50, después de haber despegado el sábado del aeropuerto de Fiumicino a las 20:14 (15:14 de la Argentina) con destino a Gran Canaria, donde efectuó una escala técnica para reabastecimiento de combustible.

El ultraderechista participó este sábado del funeral del papa Francisco y posteriormente mantuvo un almuerzo de trabajo con Meloni, antes de dirigirse hacia el aeropuerto de Fiumicino para abordar el avión presidencial.

La sintonía entre Milei y Meloni, que ya había quedado demostrada en diciembre pasado cuando la mandataria italiana le concedió a Milei la ciudadanía de ese país, volvió a quedar reflejada este sábado en el abrazo que se dieron cuando se encontraron.

Durante el funeral, Milei estuvo en la primera fila junto a su hermana Karina y parte de su gabinete. En segundo lugar estuvo la delegación italiana con el presidente Sergio Mattarella, la primera ministra Giorgia Meloni y el presidente del Senado, Ignazio La Russa. 

La presencia del jefe de Estado y Meloni en las primeras filas simbolizó a las dos nacionalidades más influyentes en la vida del papa Francisco: Argentina, su país natal, e Italia, su nación de ascendencia y sede del pontificado.

Entre los invitados del funeral también estuvieron el rey Felipe VI de España y la reina consorte Letizia, así como los reyes de Bélgica, los grandes duques de Luxemburgo, el príncipe Guillermo representando al Reino Unido y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

El viaje a Roma de los hermanos Milei, del que también participaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el vocero, Manuel Adorni, y los ministros de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, de Capital Humano, Sandra Pettovello, y de Seguridad, Patricia Bullrich, concluyó este domingo.

Al llegar, el ultraderechista retomó su batalla contra el periodismo y cargó en su cuenta de X contra los trabajadores de prensa que indicaron que había llegado tarde a la despedida a cajón abierto del féretro en la Basílica de San Pedro, que se realizó el pasado el viernes. «La gente no los odia lo suficiente», volvió a decir el mandatario.